Sueño
La protagonista de esta historia nos cuenta en primera persona que lleva más de dos semanas sin dormir. Su mente se mantiene clara, incluso más despejada que de costumbre. Nadie en su casa se da cuenta de lo que le pasa. Durante el día finge normalidad; por las noches, mientras su marido y su hijo duermen, se dedica a leer con voracidad o a dar vueltas con el coche por la ciudad sin rumbo fijo. No encuentra sentido a lo que le pasa, ni explicación a las sombras que de repente empiezan a rodearla.
La biblioteca secreta
El muchacho, en apariencia, solo quiere devolver dos libros y rebuscar un poco entre las estanterías. Pero en la sala de lectura se topa con el extraño bibliotecario, un anciano furibundo que lo introduce en el laberinto de la biblioteca, donde lo encierra. En la mazmorra de papel recibe deliciosos manjares, servidos por un misterioso hombre-oveja y una bella muchacha muda. Poco a poco percibe que los límites entre los objetos, las personas y los espacios son cada vez más difusos.
Asalto a las panaderías
Una noche, muy tarde, acosada por un repentino ataque de hambre, una pareja que apenas ha empezado a convivir, y que casi no tiene comida en casa, decide salir a buscar un restaurante abierto donde poder saciarse. El hombre confiesa a su compañera que ya ha sufrido otro episodio similar en el pasado, resuelto con el asalto a una panadería, donde él y un amigo de la época pudieron comer pan hasta hartarse a cambio de recibir una imprecisa maldición y escuchar sin ganas la música preferida del panadero, un apasionado de Wagner. Desaforada, la pareja cede a la presión del hambre y sale a la noche de Tokio, armada con una vieja escopeta, en busca del olor a pan.