En el cartelito de la puerta pone: «Jan & Debbie, y Mona». «¿No habría que tachar a los muertos?», piensa Mona cuando vuelve a estar delante de la puerta de casa, con el brik de leche bajo el brazo, mientras acaricia suavemente con el dedo el nombre de Debbie. ¿Quizás los muertos siguen recibiendo correo? La hija de un cartero debería saber este tipo de cosas.
Un regalo sin abrir
$12.600
Un libro que explica cómo enfrentarse a la tristeza gracias al apoyo de los que te quieren. Una historia tierna y optimista sobre cómo superar una experiencia muy dolorosa.
Todas las páginas de este libro respiran la vida del barrio de Vesterbro de Copenhague.
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