Testigo de terribles guerras alrededor del mundo, David Rieff describe cómo el Comité Internacional de la Cruz Roja, Médicos sin Fronteras, Oxfam y otras organizaciones humanitarias han dejado atrás el principio de neutralidad política para animar a la comunidad internacional a tomar partido para frenar las guerras civiles y las limpiezas étnicas, y cómo esta vindicación ha tenido costes muy altos: la falta de neutralidad aumenta el riesgo de no llegar hasta las víctimas y, además, implica que poderes mayores puedan usar estas organizaciones con otros fines.
Con nuevos textos sobre los retos actuales a los que se enfrenta el mundo de la ayuda humanitaria y a aquellos todavía más graves a los que probablemente tendrá que encontrar solución en el curso de la próxima década, en Una cama por una noche Rieff sigue defendiendo que para que el humanitarismo pueda dedicarse a aliviar el sufrimiento de las víctimas, ha de reclamar su independencia.