Suena el teléfono temprano con la urgencia de las malas noticias. El narrador escucha a su hermano anunciar que su padre está infartado de camino al hospital. El hombre había perdido la cabeza a manos de la vejez, y su mirada extraviada despierta en su hijo la necesidad de contar su historia. Todo empezó en el barrio que vio crecer a Gilmer, cuyos habitantes eludieron la fatal cuadra y sus devenires cargados de realidad colombiana. Aranjuez es el escenario de unas vidas complejas a las que la mirada sensible, perspicaz y llena de afecto de Mesa dota de dignidad y esplendor a medida que comparte el profundo dolor de un hijo por su padre.