En esta obra, que Jorge Semprún entendía como el inicio de un ciclo autobiográfico definitivo, el autor va en busca de aquel joven de veinte años, estudiante de filosofía, hijo de una importante familia desgarrada por la Guerra Civil Española que, en 1943, es detenido por la Gestapo y torturado como miembro de la Resistencia francesa. Con un pudor extremo, pero con una gélida precisión, Semprún desgrana por primera vez en estas páginas los horrores a los que, como tantos otros héroes anónimos, fue sometido antes de ser deportado al campo de concentración de Buchenwald.