J.R. creció con su madre, pues su padre lo abandonó antes de que pronunciara su primera palabra. Pero J.R. sabe quién es: un pinchadiscos de Nueva York que tiene un programa de radio que él escucha con devoción, hasta el día en que su voz sale del aire y J.R. se queda sin nadie a quien escuchar. Encontrará entonces refugio en el amor de su madre y en el Dickens, el bar de la esquina, un sitio donde poetas, policías, apostadores, boxeadores y estrellas de cine tienen una historia que contar.