Mayo de 2013, el Año de la Serpiente, el signo más ambicioso del Zodíaco que representa la astucia, el rencor y la venganza. Ha pasado más de un año desde que el caso del Asesino de Químicas sacudiese a la ciudad de San Sebastián. La primavera, estación natural de la serpiente, no ha empezado bien para la Ertzaintza, que se enfrenta a las desapariciones de dos chicas que parecen haberse esfumado sin dejar rastro. Para complicar aún más las cosas, un estudiante de Químicas aparece asesinado -desnudo y con un tiro en la cabeza-, sobre una escultura del Museo Chillida-Leku. La enorme preocupación de Max Medina, que conocía a la víctima, aumenta cuando su compañera Erika López se ve afectada por un dramático acontecimiento que pone toda su vida patas arriba, y que incluso la convierte en sospechosa de un crimen.