Rosa vive con un padre que no quiere serlo, un abuelo que torturó, una abuela violentada, un tío violador y el fantasma de una madre que la abandonó. Un día su madre decide volver. Antes de verla, Rosa encuentra un cuaderno y un casete, y comienza a enterarse de lo que nadie ha querido decirle. El horror al que conduce la normalización del abuso en la sociedad es reproducido arquetípicamente y sin atenuantes al interior de esta familia; todo con un lenguaje preciso, atrapante y sin tregua.