“Murió joven dejando un puñado de poemas precisos y oníricos. Chika, Sagawa, en un Japón de entreguerras ávido de occidentalización y novedades, supo integrar la desatada libertad imaginativa de la vanguardia europea en la sutil contemplación de lo cotidiano de la tradición poética japonesa. Su verso libre guarda del haiku la contundencia, y despliega paisajes donde lo urbano y lo natural se confunden. Daniela Morano nos permite contemplar estos poemas con nitidez y disfrutar de su capacidad visionaria, recordando el poder de la poesía para extender los márgenes de lo real”. José Luis Fernández.