Willy Wolters sueña con dirigir una orquesta de renombre internacional, aunque hay un pequeño inconveniente: Willy es una mujer. En 1926, pocos han visto a una mujer dirigiendo una orquesta y los conservatorios rara vez las admiten, a no ser que sea para estudiar alguno de los instrumentos considerados «femeninos». Sin embargo, Willy está decidida. Ella será la primera. Pero el destino es caprichoso, y cuando aparece el amor de su vida, la joven tendrá que escoger entre hacer caso a su corazón o perseguir un sueño tal vez imposible.