En esta novela, una vez más, el escritor José Miguel Varas se inspira en un personaje real, el pintor, cuyos difíciles comienzos y vida azarosa en Chile y en países lejanos y diversos como la India, China, Austria, Costa Rica y otros, dan cuenta de la formación de un ser humano y creador extraordinario. El autor conoció al pintor a mediados del siglo pasado, cuando ambos eran todavía estudiantes. En un marco histórico cargado de conflictos y de romanticismo revolucionario, ambos compartieron inquietudes y militancia. Varas siguió de cerca la vida de su amigo, el portentoso desarrollo de su talento y los asombrosos relatos orales que solía desplegar ante un variopinto público de jóvenes poetas, pintores, arquitectos, cineastas y artistas que creyeron en una nueva manera de vivir y sentir el mundo. Los relatos del pintor, cargados de humor negro, versaban sobre sus insólitas experiencias, casi todas catastróficas, pero también sobre los sueños que poblaron sus noches de infancia junto a la cordillera de Nahuelbuta hasta sus años maduros en Costa Rica. Sueños que a menudo desembocaban en pesadillas inquietantes y angustiosas que, cuanto más aterradoras, claro, más hilarantes.