Con sus 13 años recién cumplidos, Mona Carmona es una apasionada de los misterios. Desde pequeña, se sintió atraída por los acrósticos, los anagramas y las diferentes formas de escrituras secretas. Sin embargo, nunca se hubiera imaginado el enigma al que tendría que enfrentarse y en el que tendría que poner en juego todas sus habilidades para salvar la vida. Todo comenzó cuando cruzó el océano acompañando a su padre hasta la lejana ciudad de Barcelona, tras la muerte de su abuelo, un abuelo con el que no mantenían casi ninguna relación y del que desconocía casi todo, empezando por su vinculación con la misteriosa obra de la Sagrada Familia.