Este es un libro sobre naturaleza, paisaje y animalidad. En Por las ramas Merino nos muestra un tipo de locación levemente distinto al que fijó en libros anteriores, como en Todo Santiago y Pista resbaladiza.
Aquí nos enfrentamos a un paisaje primordial o primitivo, incluso a veces inserto inesperadamente en la ciudad.
El título es significativo porque da cuenta de una particular escritura. Lo que el autor hace de manera constante –en su obra y en la conversación informal– es precisamente irse por las ramas, desviarse para llegar a una particularidad. De este modo el texto pareciera oscilar como lo hacen los elementos de la naturaleza: el mar y su oleaje, los ríos y sus recorridos, los árboles y sus ramificaciones a veces modificadas por el viento.