Cuando las cosas se salen de control, Martina sigue los consejos de la vocecita simpática que habita su cabeza y decide someterse a la Terapia de schop. Gracias a una gran cantidad de cervezas y piscolas —y a la ayuda del Jimmy, su psicólogo— Martina se adentrará en su propia historia para aprender de sus errores y así mejorar su menoscabada salud mental.