Una belleza rusa
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«Cualquiera cuya mente es lo bastante orgullosa como para no formarse en la disciplina lleva oculta, secreta, una bomba en el fondo del cerebro», reveló alguna vez Vladimir Nabokov ante sus alumnos; «yo sugiero, aunque solo sea por diversión, que coja esa bomba particular y la deje caer con cautela sobre la ciudad moderna del sentido común». Esta ética literaria, que atraviesa toda la obra del autor de Pálido fuego, aparece en Una belleza rusa para convertirlo en una de las bombas más refinadas y encantadoras de Nabokov.
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