En un relato que parece salido de una serie de televisión política, somos testigos de las verdaderas negociaciones en el Parlamento. No las que vemos a través de los canales de televisión de la Cámara y del Senado, sino lo que ocurre en pasillos, en oficinas, en restoranes y en casas particulares. Lo que alguna vez —en forma bastante impune, por lo demás— el senador Andrés Zaldívar llamó “la cocina”. Allí es donde se “hacen” o negocian las leyes, donde caben unos pocos.
“Reconozco que los capítulos que más disfruté fueron aquellos donde se apunta a los grandes lobbistas de Chile. Allí aparece —por supuesto— la figura de Enrique Correa, también se menciona e identifica a varios otros. Y se responde perfectamente a la pregunta de por qué son lobbistas, por qué manejan esa influencia. Solo imaginémonos que son personas que se comunican por un teléfono con el dueño de un gran conglomerado económico y, por el otro teléfono, con uno de los ministros de turno… Este libro habla del Chile de hoy. Del que estamos recién conociendo, del que se está develando. De ese que siempre estuvo ahí, pero no nos dimos cuenta”. BEATRIZ SÁNCHEZ