En el transcurso de la historia de la humanidad, las violencias han representado un fenómeno complejo de descifrar, pero necesario de analizar. No cabe duda de que todos hemos sido testigos y pacientes de las violencias, pero también agentes, y esto en distintos niveles y en diversos momentos. La violencia no es un fenómeno particular, como se podría pensar; su complejidad radica en que es multicausal. Vemos a las violencias recorrer de arriba a abajo la sociedad hasta volverse un fenómeno esquivo, pero siempre latente, pues sabemos que es parte de nuestra historia, de lo social y lo político. Actualmente son tantas las investigaciones y definiciones sobre la violencia –y sobre las violencias–, que no resulta fácil orientarnos en medio de las preguntas y constataciones que una larga y diversa discusión ha llevado adelante. Por ejemplo, ¿qué es la violencia? ¿Pueden todos estos fenómenos merecer el mismo nombre, el mismo tratamiento, las mismas preguntas?
Si el fenómeno de la violencia no se deja aprehender con facilidad, es necesaria una reflexión crítica, responsable y situada no solo para determinar su alcance, su dinámica, su condición unilateral o de lucha, sino además su carácter estatal, sus usos económico-políticos fundantes del orden, su carácter cotidiano o de excepción, de guerra, y por supuesto su ambigua relación con la «paz». Los textos reunidos aquí intentan llevar adelante esta difícil y necesaria reflexión.